Ayer nuestro Señor de Medinaceli amanecía en su altar solemne para celebrar su festividad del Primer Viernes de Marzo, en memoria de su entrada triunfal en la ciudad de Madrid tras su rescate del cautiverio en La Mamora, actual Kenitra, en Marruecos. Por eso en el día de ayer, como es tradición desde la fundación de la Archicofradía Primada de Madrid y desde la fundación de nuestra Cofradía en Alcalá de Henares, celebramos su entrada en la capital española con un besapiés y veneración de nuestro titular.
Durante todo el día nuestro Señor recibió a cientos de fieles que llegaron a sus plantas para pedirle y rogarle sus plegarias. Como es tradición aquel feligrés que pida tres plegarias, el Señor le concederá una de ellas. Y como es tradición también nuestro Señor recibió cientos de personas en su misa solemne en la Parroquia de San Bartolomé.
Nuestro Señor de Medinaceli no solo es el Señor de Madrid sino el Rey de Alcalá de Henares, una devoción que comparten miles de sus ciudadanos, de todas las edades, al que acuden para poder refugiarse, celebrar o simplemente compartir su vida, ofreciéndole así su corazón.